jueves, 2 de junio de 2011

Bailándole a la muerte, la danza sin fin..

Susurros que recorren 
mi pensamiento..
Cada día mas fuerte..
Me llaman, me gritan, 
me reclaman,..
Llegando a cada recóndito
lugar de mi piel..
esas voces que yacen 
en la oscuridad de mi ser..

Me han envuelto en ella,
 me pide que sea suya.. 
Y lo seré.
Bailandole a la muerte,
 es ella quién me poseé,
 quién tenta a mi cuerpo,
quien roza cada parte de mí..
Haciendome sentir
 tan viva como muerta,
me pudró y renazco..

Mi corazón inerte,
 mi alma inexistente,
ya no hay razones
 para rendirle a la vida.
Los pecados me llaman.
Quiero tu carne,
rozarte tu piel indefensa,
hacerte erizar
al tacto de mi frialdad,..
Dándome el calor que anhelo..
Tocarte hasta despojarte
 de lo que te cubre.

Siento tu deseo,
 como pides más.
Buscas mi boca 
como yo tu piel,
cuerpos sudorosos 
con tanta sed de pasión.
La tentación nos llama, 
adentrarte dentro de mí
 y dame el calor..
Hazme sentirme viva..
Solo hoy,..

Esta noche, junto a tí.
Cuerpos perdidos en el tiempo,
entre mordiscos y besos,..
La fuerza que nos une,
entrelazados en un sin fín..
La noche se acaba,
y tengo sed, mucha..
 Tal vez demasiada..
El agua no me sacia..

Tu cuerpo jovén y caluroso,
con una sangre dulce,
 y una carne apetitosa..
Entre mordiscos 
y lametones fuistes mío,
pero yo pedía más 
que actos carnales,
y no te percataste 
de lo que yo te pedía
entre susurros..

Ahora pertenecerás a la noche
a la oscuridad,
junto a quien nos envuelve.
La sed de sangre y la carne
será por lo que luches
 ahora en adelante.
La inmortalidad,
 la misma muerte en vida te recibe,
 para no dejarla..
 Jamás.